También literatura

CRÓNICA EMOTIVA EN TORNO A UN EVENTO DEPORTIVO

A LA VERA DEL MAR (2)

A LA VERA DEL MAR

ODAS AL MAR

REMA

MI HUELGA GENERAL

DUDAS

EL ENCUENTRO

NECROLÓGICAS

CRÓNICA EMOTIVA EN TORNO A UN EVENTO DEPORTIVO

Hace muchos años, unos cincuenta, escribí, a petición de los organizadores, una crónica deportiva, del mismo acontecimiento, para un periódico regional. Aunque por aquél entonces tenía vocación de ser periodista, poca calidad tendría la información pues carecía de conocimientos profundos tanto de la especialidad deportiva del tenis como de la técnica profesional. No sé qué sería de aquel artículo, o nota informativa, o crónica rápida de un partido. Conociendo mi preocupación por los detalles, me centraría en la evolución de los juegos y sets, el resultado y el nombre de los tenistas, quizás el clima y la hora, el número de espectadores y la fecha.

Ahora, muchos años más tarde, tras haberme dedicado a otra profesión y habiendo vivido de cerca tanto los preparativos y organización del torneo en el presente año como la propia celebración de éste, sentí la necesidad de escribir una crónica del mismo. Pero no desde la perspectiva deportiva, que de ello ya se han ocupado -y mucho, por cierto- los diversos medios de comunicación tanto a nivel regional como nacional [véase más abajo referencias de ello] sino desde el plano emocional.

Por eso, no teniendo cabida en la página de También atletismo de mi blog ni por supuesto en las demás páginas de estricto contenido jurídico, pensé que sí podría tener encaje en la página que incluye También literatura.

Cuando el director (persona conocida, entrañable y “alma mater” del torneo) me pidió hace más de diez meses hacer de secretario de las reuniones del Comité Organizador, tras pensármelo no dudé en aceptar mi colaboración desinteresada, por él y por participar en una actividad para mi pueblo. Pronto me sentí satisfecho

Recuerdo el ambiente distendido de las reuniones. Aunque se celebraban en la Casa Consistorial y con representantes de todas las instituciones integrantes del Comité Organizador (Ayuntamiento, Club de Tenis de Luanco y Real Club de Tenis de Avilés -me corrigió el miembro de este último cuando, la primera vez, omití tal denominación-) estando yo acostumbrado a las solemnes sesiones plenarias municipales con encarnizados debates entre los distintos grupos políticos, llevado por la inercia de tales enfrentamiento dialécticos, mostré mi preocupación por recoger en las actas de la forma más sutil y a la vez estricta y concisa las intervenciones y opiniones de los representantes de las instituciones intervinientes en este Comité Organizador. -«No te preocupes!» -me dijo el director del Torneo- “tienes que tener en cuenta que ésto es como una reunión de un grupo de personas en la que todos estamos de acuerdo”. Y efectivamente, aunque por supuesto cada parte mostraba su opinión y se procedía a la votación cuando era necesario, comprobé aliviado cómo me resultaba más fácil la redacción de las actas. Además, según avanzaba el tiempo, el desarrollo fructífero de las gestiones y la proximidad del torneo, escribía con satisfacción e ilusión cada acta, es decir los logros organizativos [debo recordar que, como en una maratón, el trabajo fundamental no es el día de la competición, sino toda la preparación de ésta]

También iba percibiendo y disfrutando con felicidad del lado humano de todos los miembros del Comité

Según avanzaban los trabajos y gestiones [contratación de jugadores, patrocinadores, material, instalaciones, seguridad…], confieso mi asombro tanto por la cantidad de las tareas, los avances, la extraordinaria planificación de cada detalle y los compromisos de cada miembro del Comité, lo que me hizo afanarme en la redacción correcta, y a la vez sencilla y ágil, tanto de las actas como de documentos con perfil jurídico.

Y llegó el día del inicio del Torneo.

Mejor dicho, los días previos, cuando en la playa de La Ribera comenzaron a montarse las instalaciones eléctricas y las gradas. Se percibía en el pueblo expectación y sobre todo muchas ganas de volver a presenciar uno de los torneos de tenis más originales del mundo. También debo destacar tanto los nervios como la labor callada, minuciosa y exacta de más de uno -y llena de imprevistos y sobresaltos de última hora (sustitución de algún tenista, las pruebas de los focos, el retraso en la llegada de asientos…)- en esos días previos, logrando que todos los inconvenientes se solventasen gracias al trabajo incansable, aunque fuese a costa de restar horas de sueño, como si de la elaboración de una rica pieza de orfebrería se tratase

Comienza el torneo.

No, no voy a informar sobre el desarrollo y resultados de los partidos, como anuncié antes. Sino mostrar detalles emotivos en torno a los mismos:

-Chaqueta, jersey, chubasquero, sudadera, cazadora, chal, plumas,… manta… ¿Quién de los más de dos mil asistentes no se planteó con qué prenda abrigarse (orilla del Cantábrico, a partir de las diez de la noche)? Pero no hizo frío, yo no lo sentí, quizás el calor de la grada, las palmas de los espectadores, las «olas» humanas levantadas todos los días.., la agradable temperatura, la ausencia de viento (ni este, ni nordeste, ni norte…)

-Las ganas y la ilusión animadora del speaker, como la del público en los aplausos (en sus distintas modalidades, es decir al saltar a la pista los jugadores, o los recogepelotas y los pisteros, para elogiar excelentes jugadas o para animar al tenista que se encontraba con un resultado previsiblemente desfavorable)

-El aroma a salitre (ligeramente aderezado en algún momento con algún olor a perrito caliente, o a gominola, o a coca-cola… ) en todo caso lejos de aquel olor a puro habano que antes se respiraba en las gradas de los campos de fútbol.

– Una amiga, venida de lejos, estaba ilusionada con asistir en directo a un partido de tenis y hacer aquello de girar el cuello a izquierda y derecha, sí, como se ve en la tele. No le correspondió un asiento central, sino -aunque en lateral- en una esquina, pero quedó encantada ya que estando en fila 1, es decir casi al borde de la pista, pudo escuchar y contemplar detalles cercanos, los gestos y las expresiones de los tenistas.

– “¡Que está llegando la marea!” se oyó exclamar en un momento determinado del segundo partido del primer día de competición. En ese momento sentí cierto temor e inseguridad. No porque el mar -como si fuese un tsunami- fuese a llevar por delante a todos, sino por la preocupación de que la marea asomase en la pista y tuviese que aplazarse el partido.

-Los tiernos gestos de uno de los tenistas dándole el biberón a su bebé en la grada el día anterior a su partido o entregándole una pelota tras un punto mientras jugaba el día siguiente.

-El silencio y la tensión en la grada en los puntos con resultado incierto, cuando se rumiaba una posible sorpresa. Y es que curiosamente, frente a la mar quieta (la mar estaba «echada» como se dice en Luanco) había calma tensa en la grada.

-También produce calma y seguridad la sencillez, discreción e inteligencia del Director del Torneo, aunque yo sé que la pasión y los nervios contenidos él los padecía internamente.

-Me asombró la profesionalidad y excelente labor del juez de silla y los jueces de línea, de los niños recogepelotas (que hacían su trabajo con tanta eficacia y brillantez como en los más famosos torneos), los pisteros (que con tanto esmero cuidaban la delicada pista de arena de playa) y todas las personas encargadas del control de entrada (todo amabilidad y eficacia)

-Mi gratitud a Arancha, Chema, Daniel, Félix, Guzmán, José Antonio, José Manuel (Fernández), José Manuel (Relancio), Jorge, Manuel Antonio, María (Fernández), María (García), Mariana, Mario, Marta, Miguel, Pablo y Ramón; tanto por su labor para hacer posible el torneo como por su valía humana.

El evento deportivo objeto de esta crónica fue la XXXV Torneo Herrero Brigantina Tenis Playa de Luanco, Memorial Manolo Galé, disputado en la playa de La Ribera entre los días 26 y 29 de julio de 2022

Los participantes y resultados, aquí:

https://tenisplaya.com/Resultados.html. (La final fué ganada por Pablo Carreño 6-4 y 6-2)

Más información:

https://tenisplaya.com/Historia.html

https://www.lne.es/deportes/deporte-astur/2022/07/31/carreno-campeon-via-rapida-torneo-72012122.html

https://canaltenis.com/pablo-carreno-campeon-luanco/

A LA VERA DEL MAR (2)

Desde mi ventana contemplo las olas,

no quiero perderte,

desde mi ventana yo quiero mirarte,

no quiero perderte,

Contigo olvido las horas,

los dolores, las penas 

Te ofrezco, mi amada, una bella habanera,

cantemos, querida, al son de tus olas

[Ver entrada e imagen, aquí: https://blogdejoselopezvinyaaldia.com/2022/02/09/tambien-literatura-a-la-vera-del-mar-2/]

A LA VERA DEL MAR

Contemplando tu piel plateada,

percibiendo tu aroma a salitre,

sintiendo la caricia de tu brisa

Eres el escenario perfecto

 para ahogar las penas, 

para cantar las habaneras

para desatar las emociones

[Ver entrada e imagen, aquí: https://blogdejoselopezvinyaaldia.com/2022/02/08/tambien-literatura-a-la-vera-del-mar/]

ODAS AL MAR

I.-Oh, mar de belleza grande y

azuladas tonalidades,

de inmensidad reconfortante,

desde la costa al horizonte

II.-Me gustas al contemplarte desde la playa, bordeando la costa, desde el balandro o sobre el acantilado,

observando tu inmensidad hasta lontananza.

Cuando te ilumina la luna llena y cuando centelleas en la mañana.

III.-Me gusta contemplarte a la hora del alba, al atardecer y cuando las luces se apagan.

Me gusta percibir tu aroma, tus sonidos y tus bellos colores.

Sentir tu piel en la mía y balancearse mi cuerpo al son de tus ondas.

IVMe gustas cuando la bruma o la borrasca apenas dejan verte.

V.-Me duele cuando manchan tu pureza y hermosura vertiéndote residuos y basura.

VI.-Me gustas cuando tu nombre es Sur, Norte, Rojo, Blanco, Negro, Cantábrico, Adriático o Mediterráneo,

 de las Antillas, del Plata o de la China

VIIMe gustas bañando cualquier tierra.

Porque la brisa a tu vera a cualquiera conmueve

Me gustas cuando el viento te mueve

ya sea el alisio, el norte, el poniente, el levante o el nordeste

VIIIMe gustas aunque estés ausente,

 no olvido tu abrazo, 

mi ansiedad se alivia si vuelvo a verte

IXNaveguemos juntos querida,

del Pacífico al Cantábrico,

del Mediterráneo al mar Caribe

del mar del Norte a las Antillas

X.-Eres cura de mis tristezas, bálsamo de mis angustias, donde busco mi serenidad, donde hayo consuelo para la ansiedad

XI.-Hoy siento tu calma, querida.

Mientras contemplo la bahía ardo en deseos de escribir las emociones de mi vida

XII.-Con la mirada puesta en lontananza,

siento la llegada del nuevo día lleno de esperanza

XIIIEl sonido del mar que me alienta,

Las olas amenizan  mis versos,

inspiran mis poemas

Mientras la brisa marina abraza mi cuerpo, acaricia los besos

XIV.-Mereces, mar, el canto de una habanera, mereces que te escriban un poema

REMA

Tengo el compromiso de escribir un relato sobre mis emociones  Pero hoy me ha salido un poema (¿o canción marina?), simples palabras de aliento para quienes (ciudadanos, funcionarios, deportistas, jóvenes o viejos, mujeres u hombres, parados o empleados, sanos o enfermos), actualmente sufran o pasen malos momentos, por el motivo que sea. Dice así:

Rema, rema, con mar calmada o marejada

no te dejes arrastrar,

siente el vaivén de tu bote y el aroma de la mar,

las olas ahogarán tus penas, 

al puerto arribarás,

escucha esta canción marina,

agarra el timón de tu vida

Mi huelga general

Estaba convocada una huelga general.

Esa noche soñé que asistía a un taller de escritura y que tenía que hacer un relato de siete líneas sobre “mi huelga general”. Me levanté a las 6, me duché, desayuné, limpié la casa y le dejé preparada a Teresa su taza de café y la tostada con mantequilla y mermelada. A continuación, me senté en la salita a escribir. Al poco se levantó Teresa sobresaltada. Me preguntó qué hacía. Le dije que «mi huelga general». ¡Esquirol! me gritó.

DUDAS

Estoy obsesionado y confuso con la pandemia. Pero más con las normas que rigen en cada momento y lugar. Desconozco si las normas son durante diez o quince días, dudo si el lugar es todo el territorio nacional, o la comunidad autónoma, o la provincia, o el municipio y dentro de éste los comercios, la hostelería (y si ésta comprende el interior o las terrazas) y los domicilios particulares (para estos también hay normas: reuniones, familiares, allegados, número de personas). Además, están las mascarillas, que el otro día un familiar procedente de América Latina lo llama «cubreboca» y también leí en el BOE que además de poder llamarse también «cobertor facial comunitario» (¡qué susto, creí que ahora habría que cubrir toda la cara con una manta de abrigo como las que se usaban antes para la cama!), resulta que deben reunir un montón de requisitos, hasta la composición, la fecha de caducidad, otros (ahora en uso) se van a retirar en breve si no cumplen los requisitos.

Como viajo con frecuencia a Asturias y vuelvo a Madrid, y viceversa, desde unos días antes repaso minuciosamente las normas vigentes en cada Comunidad Autónoma (y las que hay para cada pueblo,  pues nunca se sabe cuándo necesitaré entrar en alguno), también reviso los salvoconductos que he de llevar para desplazarme.

Cuando en casa recibo visitas, recuento las personas que nos juntamos, me obsesiono pensando si habrán estado en contacto con algún positivo, si habrán subido por la escalera o habrán pulsado el botón del ascensor, si la mascarilla, o cubreboca, o cobertor facial comunitario que llevan, estará homologado o habrá caducado; si tendrán salvoconducto y si cumplirán la hora del toque de queda.

Estoy obsesionado. Ya he preparado los carteles  para colocar en los distintos lugares de la casa: “obligatorio el uso de mascarilla”, “guarde la distancia de seguridad”, … dudo dónde poner «cierre perimetral»

EL ENCUENTRO

Todos los días hago el mismo recorrido para ir a mi trabajo. Como está solo a quinientos metros de mi casa, voy andando. La oficina está en la misma calle pero en la acera derecha y mi casa está en la izquierda. Antes, al salir de casa, cruzaba la calle a la otra acera e iba recto por ésta hasta la oficina. Pero desde que cortaron el paso por la acera derecha para construir un aparcamiento subterráneo, a escasos metros de la oficina, salgo de casa, sigo por la misma acera y al llegar a la altura de la oficina cruzo la calle. La verdad es que desde que me pasé a la acera izquierda comprobé que era más entretenido, me cruzaba con más gente, aunque casi siempre la misma, justo en el mismo sitio, a la misma hora. Pero, sobre todo, me cruzaba con él, tan guapo, apuesto, alto, elegante… a las ocho menos cinco de la mañana, a unos cien metros de mi casa, a la altura de una lavandería; a los pocos días nos cruzábamos las miradas, después él me sonreía, enseguida se atrevió a saludarme (-buenos días, guapa, llegó a decirme)… me gustaba, todos los días esperaba ese momento. Cuando terminaron las obras, no quise cambiarme de acera ya que no quería perder “el encuentro”. Sin embargo, el primer día no lo ví. Extrañada, decidí cambiarme de acera por si él también había cambiado de lado, pero tampoco me crucé con él; al llegar a la altura del nuevo aparcamiento, éste se derrumbó, me caí, me rompí una pierna y varias costillas… En el hospital leí la noticia, también informaba de la detención, por negligencia, del que había sido encargado de supervisar las obras, varios obreros testifican que antes de las ocho de la mañana se iba del tajo; al lado, la fotografía. Era él.”

NECROLÓGICAS

 Mi marido ha vivido siempre lleno de obsesiones y manías. Mas, siempre ha encontrado soluciones. De pequeño, me contaba, observaba cómo unos niños se llevaban un chupete a la boca, otros un dedo: él, después de ciertas indecisiones, optó por chuparse dos dedos a la vez. Más adelante, cuando le salieron espinillas, creo que no dejaba de mirarse al espejo, atónito, su madre le insistía en que se untase con la pomada “clerasil”: tomó la firme decisión de operarse de la piel de su cara. En su trabajo de oficinista, le obsesionaba la forma y el lugar de colocación de los documentos y carpetas y el jefe le compraba archivadores, le mandaba a cursos de organización de archivos: se empeñó en comprar estanterías móviles y que estuviesen al alcance de su mano. Últimamente, ya con una edad muy avanzada, le preocupaba lo de la información sobre la muerte de las personas en los periódicos y la verdad es que gastaba un dineral, pues compraba hasta el diario de la provincia. El otro día quedé asombrada con la información que había recopilado: “unos vienen con bordes y en negrita, otros con letras mayúsculas, en algunos casos las informaciones ocupan siempre dos páginas, a veces se relacionan a todos los familiares, hasta la fiel sirvienta –de eso no tenemos, Paco, le recordé-, en algunos diarios solo ponen a la gente importante y en general solo destacan sus bondades, el lugar del periódico en que sale la información varía mucho, ya que es en primera página si se trata de gente muy importante o si mueren muchos a la vez, suele haber una sección de sociedad donde a veces ponen toda la relación y su edad, pero también aparecen noticias en las páginas de sucesos…”. Pero hoy …no sé dónde colocar su muerte.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: